Campesinos de San José del Guaviare, incómodos con los nukak makú
Por: Jorge Meléndez | 7:22 p.m. |
La comunidad indígena, que fue sacada de la selva, ahora busca un espacio donde vivir.
Por esta razón ya han tenido varios enfrentamientos con los 'blancos', colonos de la zona que los ven como unos vecinos "muy incómodos".
El problema se presenta con un grupo de 170 nukak que permanece desde hace siete años en una finca de la Alcaldía de San José, debido a que debieron abandonar la selva por presión de la guerrilla.
Históricamente, los nukak , considerados la última etnia nómada del continente, han vivido en la selva, donde se mueven libremente dependiendo de la caza, la pesca o la cosecha de pepas.
Pero ahora, las 40 familias están en un predio ubicado a cinco minutos del casco urbano, en el que no encuentran sus alimentos tradicionales ni espacio para cazar o pescar. Allí tienen unos 15 ranchos, que no son otra cosa que hojas de tarriago (una variedad de heliconia) que les sirven de techo y de paredes.
"Debido a los problemas del invierno y a la falta de presupuesto al término del año, las ayudas para ellos han disminuido y como no tienen dinero para comprar alimentos, pues ellos salen a buscarlos en las fincas vecinas", dijo el alcalde de San José del Guaviare, Pedro Arenas.
"El problema se da particularmente con los jóvenes nukak, que requieren espacio y atención y a veces irrumpen las propiedades privadas, se llevan algunos alimentos como plátanos o yuca y eso generan molestia entre los colonos", aseguró Héctor Enrique López, defensor del Pueblo en Guaviare.
Agregó que con los nativos hay dificultades principalmente porque ninguno habla español y por ello ha sido difícil hacerles entender que con algunos de sus actos causan malestar en los vecinos.
Por su parte, Luis Evelis Andrade, presidente de la Organización Nacional Indígena, dijo que este es un problema de fondo, pues los nukak son un pueblo nómada que tiene concepciones distintas, que no tienen el concepto de propiedad porque ellos no han hecho esa transición conceptual hacia que las cosas tienen dueño.
"La gente los ve como ladrones, pero ellos no tienen ese concepto. Ellos han sido forzados a esta situación y tienen una situación de hambre y por eso tienen que echar mano de lo que encuentran", dijo el líder indígena.
En su opinión, el problema es que le Estado debe garantizarles que pueden volver a su territorio y los actores armados deben comprometerse a respetarlos.
Las quejas
De acuerdo con Jairo Cedano, presidente de la junta acción comunal de la vereda Agua Bonita, donde están los indígenas, los nativos "se han convertido en una plaga".
El campesino contó que los nukak están arrasando con cualquier siembra que encuentren a su paso y que se llevan los animales de corral que logren agarrar.
"Ya no podemos sembrar, están sacando las cachamas que tenemos en las lagunas, son unos verdaderos depredadores", dijo Cedano.
Contó que los indígenas están utilizando el barbasco para pescar, un bejuco que atonta a los peces y permite capturarlos, pero envenena el agua que utilizan los colonos.
Agregó que esta situación está afectando a los campesinos de al menos cinco veredas, que han acudido a diferentes autoridades locales y nacionales en busca de ayuda.
"Parte del problema se da porque los indígenas no racionan los alimentos que se les entregan, entonces los gastan en unos pocos días y después deben salir a buscar más", explicó Guber Hernández, funcionario de la Gobernación encargado de esta comunidad.
Sin embargo, dejó en claro que el lío se debe a que los nativos, aparentemente de manera inocente, no entienden que existe la propiedad privada
Pero no es lo único. También ha habido denuncias sobre enfrentamientos directos y amenazas. Incluso hay colonos que aseguran que estos nukak, además de arcos y flechas, tienen al menos dos escopetas.
La solución
Hernández reconoció que ha recibido comunicaciones de los colonos pidiendo que saquen a los nukak del lugar, pero esa tarea no parece sencilla.
Los nukak, a través de los dos únicos miembros de su etnia que hablan español, han hecho saber que quieren volver a su territorio ancestral, que está en los alrededores del río Guaviare en dirección hacia el Guainía.
En dos ocasiones han intentado buscarles un sitio en las extensas selvas del Guaviare para reubicarlos, pero las dos veces la guerrilla lo ha impedido. El argumento es que el terreno en el que se mueven los nukak es una "zona de operaciones".
Para las autoridades de San José, el gran temor radica en la minas antipersona, las cuales se sabe la guerrilla ha sembrado en la zona selvática de Guaviare.
Pero el tema no es solo de seguridad. Debido a sus precarias condiciones de salud, deben recibir frecuente atención médica, por eso, las autoridades locales creen que se deben mantener en un sitio asequible.
Por lo pronto la alternativa que estudian las autoridades del Guaviare es comprarles una finca cerca a San José, no solo por seguridad sino por la asistencia que necesitan.
Por supuesto que no puede ser cualquier terreno. Se requeriría de al menos 200 hectáreas de selva y aguas abundantes, en las que puedan pescar y cazar. El problema es el dinero para comprarles el predio, pues por el momento no está disponible.
"Estamos tratando de explicarles a los nukak que existe la propiedad privada, que en la tierra en la que están ahora, las cosas tienen dueño. De todas maneras, nosotros tenemos que protegerlos", dijo el alcalde de San José.
ELTIEMPO,COM intentó conseguir la versión de los nukak, pero no fue posible.
Unos indígenas ricos
El alcalde de San José del Guaviare, Pedro Arenas, reconoció que la mayoría de los nukak padece desnutrición y aguanta hambre.
Según el mandatario, a pesar de esta situación, en el presupuesto de la Nación tienen cerca de 1.700 millones de pesos asignados.
"El problema es que esa plata no la puedo tocar porque la Ley establece que para hacerlo debo estar autorizado por un plan de inversión que me pase el representante legal de la comunidad", dijo Arenas, quien explicó que los nukak no tienen representante debido a que cada clan tiene un jefe, pero no existe una organización.
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