“En 32 años he visto sucesivos gobiernos con una constante: les queda grande garantizar los derechos de los niños indígenas. El 11% de los 16 mil niños reclutados en grupos al margen de la ley, son indígenas. No siempre el reclutamiento es forzado. ¿Por qué se van? Porque no hay esperanza. ¿Están buscando dinero o el poder? No. Están buscando la muerte; es otra manera de suicidarse. No quieren vivir. Y no hay manera de detenerlos. Sólo se detienen con programas serios, duraderos, con oportunidades de estudio y de trabajo”.
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