La última mortandad de peces ha hecho que los pescadores del municipio recolecten entre 10 y 15 mojaras diarias por equipo de pesca. Hace tres años eran entre 50 y 100 libras de mojarra. “¿Acaso parece esto un salario digno? ¿Puede sostenerse una familia con tan poco dinero?”, son los interrogantes que plantean los pescadores, y por los cuales continúan en protesta pacífica.
Hoy 2 de junio del 2015 los pescadores artesanales se encuentran realizando un plantón pacifico frente de las instalaciones de la Alcaldía de Yaguará (Huila). Los pescadores, procesadores y comunidad en general exigen la presencia del alcalde y entes de control para exponer las peticiones frente a la crisis por la mortandad de peces en el embalse de Betania y el río Magdalena.
“Hace treinta años, los que ahora somos pescadores artesanales nos dedicábamos a trabajar con nuestros padres en las parcelas que teníamos en Yaguará. Sembrábamos nuestra comida, poníamos nuestras vacas a pastear y teníamos soberanía alimentaria. Un día llegaron unos ingenieros a hacer medidas en los predios que tenían nuestros progenitores, nos dijeron que estaban haciendo análisis para desarrollar un proyecto que iba a beneficiar al Huila y a Colombia entera, que nos iban a comprar los terrenos y nos iban a reubicar porque era necesario inundar nuestras fincas para hacer una hidroeléctrica que cumpliría con la demanda de energía del país y le iba a traer mucho dinero a nuestro municipio y departamento”, de esta manera las comunidades de la represa de Betania cuentan los impacto que trajo la represa a sus vidas.
En un proceso similar al que vive el Quimbo, fueron demolidas sus casas, sucedieron talas masivas de árboles y finalmente inundados los predios, pasando del azadón a la atarraya y el remo. “Tuvimos que aprender a pescar y olvidar cómo sembrar. No nos importó, aunque fue difícil, aprendimos rápido y los peces abundaban”.
Los impactos negativos del embalse en el territorio y en el río no se han detenido, según cuentan los mismos pescadores. De las 10 a 15 arrobas de pescado que cada equipo de pesca obtenía todos los días hace 15 años, y las 50 y 100 libras hace tres años, pasaron a lograr tan solo entre 10 y 15 mojaras diarias por equipo de pesca. La más reciente mortandad de peces en los primeros meses del año ha agudizado la preocupación de los pescadores artesanales y en general de la comunidad que vive del río.
Datos suministrados por los pescadores de Yaguará
Por otro lado, los procesadores de pescado, esas asociaciones que trabajan por contrato para los piscicultores, sin vinculación directa (devengan de acuerdo al producido), se suman a la preocupación por la escasez
Se trata de 140 trabajadores divididos en cinco asociaciones que, en un mes de producción normal obtienen entre 612 y 864 mil pesos cada uno, por el procesamiento (a 100 pesos el kilo) de 1.116 toneladas de pescado.
“Las autoridades sanitarias ordenaron a los piscicultores detener la siembra de alevinos durante seis meses, mientras se superaba la mortandad, y aunque la restricción no se cumplió y ya se reinició la cría de peces, somos conscientes de que el proceso para que los pescados lleguen a nuestras manos es de al menos seis meses. ¿Qué vamos a hacer durante este tiempo? ¿Cómo vamos a sostener a nuestras familias?”, manifiestan en comunicado público los pescadores.
Según expertos de la Universidad Nacional consultados por suregion.com, la problemática de Betania es histórica, y radican en el uso de las aguas en prácticas piscícolas cuando las características del embalse son propias para la producción de energía. Por ejemplo, el cambio de nivel del agua en poco tiempo es una amenaza constante. Se trató de una presión política en su momento, que los llevó a este propósito.
Sobredimensionar la capacidad de siembra de alevinos en el embalse, ha sido una de las razones principales de la mortandad. De las 21 mil toneladas que según la autoridad ambiental se debería producir en Betania, la sobrecarga está entre las 44 mil y 60 mil toneladas. Según el experto de la UNAL existen estudios que demostrarían que las condiciones actuales de la represa no soportarían más de 11 mil toneladas. (Ver: Popa de Betania).
La proliferación de la Aeromonas hydrophila, bacteria propia de climas cálidos, está directamente relación con la sobrepoblación de alevinos y la mortandad que se ha agudizado en la Represa.
Aun así, el impacto por la construcción de la Hidroeléctrica El Quimbo no deja de ser una causa más de la aguda situación de la represa de Betania que afecta actualmente a cientos de familias.
A continuación producto audiovisual desarrollado por la Red Proyecto Sur:
Autoridades no están reconociendo a los pescadores artesanales
Fotografía: Darwin Gómez
Los pescadores artesanales denuncian que han sido excluidos de los diálogos desarrollados alrededor de la problemática. El hecho más reciente tuvo lugar el pasado viernes 29 de mayo entre cuando Concejo de municipal convocó solo a las empresas privadas y las autoridades públicas para hablar del problema de la mortandad de peces. Que finalmente no se concretó por inasistencia.
“Estamos cansados de ser ignorados y que los beneficios y planes de contingencia sean solo para los piscicultores”. Es por esto que los pescadores artesanales, los procesadores de pescado y el pueblo yaguareño, afectado directamente por esta crisis, se encuentra exigiendo:
1- Que hagan presencia los entes de control y empresas involucradas en la crisis que viven los Pescadores de Yaguará (UNAD, CAM, ICA, Alcaldía Municipal, Gobernación del Huila, Emgesa, Personería Municipal, Procuraduría Departamental, Defensoría del Pueblo, ANLA e Incoder).
2- Que sean presentados los tres informes sobre el Plan de mitigación del riesgo que tiene cada entidad frente a una posible problemática ambiental como la masiva mortandad de peces que hoy afecta a la comunidad yaguareña; el de indagaciones e investigaciones de responsables y hechos del porqué se presentó este hecho (causas y consecuencias); el de propuestas y acciones dirigidas a reparar el daño ambiental, socioeconómico y laboral para la comunidad yaguareña, pescadores artesanales, procesadores de pescado, comerciantes, la familias de ellos y comunidad en general.
3- Que Emgesa cumpla la sentencia T135 del 2013 donde la Corte Suprema de Justicia le ordenaba resarcir los daños a la población afectada. La transnacional no nos reconoció como afectados por el embalse de El Quimbo y aun así, desde que se inició el llenado del embalse, la mortandad de peces fue más evidente.
4- Que se destinen terrenos para la elaboración de proyectos productivos por parte de la comunidad afectada, con apoyo económico de los entes gubernamentales y privados.
5- Que se indemnicen a los pescadores y procesadores de peces, durante los 6 meses tiempo en que da fruto el proyecto productivo por el monto de $600.000 mensuales a cada familia
6- Que los pescadores y procesadores tengamos vivienda. Muchos pescadores y procesadores, ante la poca adquisición de dinero, tienen que vivir con sus hijos en casa ocupadas hasta por tres familias.
7- Que sea conformada una comisión de derechos humanos integrada por la comunidad con el acompañamiento de la Personería Municipal, Procuraduría Departamental y la Defensoría del Pueblo.
8- Como último punto, y sin ser el menos importante, que se establezca una mesa de negociación con la participación de voceros de la comunidad afectada, entes de control y empresas involucradas en la crisis. Dicha mesa será establecida en un espacio abierto donde participe la comunidad y los diferentes entes de control, tendrá la participación de garantes elegidos por la comunidad, los cuales velarán por que se de cumplimiento a los puntos exigidos.
Fotografía principal: Eduardo Hurtado
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