sábado, 29 de diciembre de 2012

PADRE NUESTRO MAIZ!! SUBSUEÑO VEGETAL

maiz

SUBSUEÑO VEGETAL
¡Padre nuestro, maíz!
Padre maíz, vestido de las venas,
pequeña harina alada y vencedora,
inocencia del pan en donde vive
la química nupcial del alimento
y el más alto silencio de la tierra.

Yo en tu semilla arrodillé mi sangre
llena de dulces glóbulos de milpa,
y me llené los ojos con la inmensa
ternura de los surcos florecidos,
y reí con las sienes infinitas
como ríen la caña y la mazorca.
Padre maíz, vestido de las venas,
alimento del son, uva del indio.

Diamante ciego. Pan. Agua maciza.
¡Padre Maíz, varón de las estrellas!
En donde quiera que mi cuerpo aflora
con su interrogación inesperada,
veo el maíz creciendo, dominando,
besando húmedas frentes de labriegos,
alimentando brazos campesinos,
desnudando la flor del equinoccio
con las rubias infancias del elote.

Mis ojos sueñan ágiles países
poblados de violines y maizales,
por donde huyan los labios y se pierdan
en el rojo crepúsculo suicida,
y repitan la voz como besando,
y asciendan en heridas catedrales
a la órbita verde de la milpa.
Veo maíz en el pulmón del campo,
en la promesa fértil de la novia,
en la dádiva humana de la esposa,
en el verde ademán de las limosnas,
en la marimba de alma de mazorca,
en el río de vértebra espumosa,
en la solar ausencia de la sombra,
en el silencio blanco de las monjas,
en la luna de leche luminosa,
en la nocturna circunstancia roja,
en el papel astral de las corolas,
en el húmedo beso que enamora,
en la sangre triunfal de la amapola,
en el violín con vuelo de gaviota,
en el tambor de música redonda,
en la dulce materia de las cosas,
¡veo maíz en la existencia toda!
Página de la Literatura Guatemalteca. Juan Carlos Escobedo.

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